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El ducado de Alba de Tormes, comúnmente denominado ducado de Alba a secas, es un título nobiliario español que el rey Enrique IV de Castilla otorgó, en fecha desconocida de 1472, en favor de García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo,[1] II conde de Alba de Tormes, al convertir su condado de Alba de Tormes en un ducado, con grandeza de España inmemorial, que, hoy en día, y desde hace más de quinientos años, es uno de los principales y más tradicionales títulos del reino de España y el que le da nombre a la casa de Alba, como propietaria del mismo, constituyendo uno de los linajes familiares más importante de España, como la casa de Medinaceli, cuyo origen es la primogenitura real de Castilla.
Sin embargo, en el ducado se han sucedido tres familias:
La primera fue la Casa de Alba original o casa de Toledo o casa de Álvarez de Toledo, que duró casi tres siglos, a lo largo de los cuales se sucedieron once duques y que se prolongó desde su creación hasta su extinción en 1755 a causa de la muerte de María Teresa Álvarez de Toledo y Haro, la XI titular y primera mujer en ostentar el ducado. A los representantes de esta primera Casa, que fue la que se perpetuó por más tiempo, se les conoce con el nombre de Albas mayores debido a que sus duques tuvieron una muy destacada actuación en la historia de la Monarquía Española durante su apogeo, siendo la más tradicional de las tres.
Uno de sus integrantes, Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez, el II duque de Alba de Tormes, recibió del emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico, la Grandeza de España de 1520, conocida comúnmente como Grandeza de inmemorial[2] o Grandeza de Primera Clase, otorgándole al ducado la máxima dignidad de la nobleza española en la jerarquía nobiliaria.
La segunda familia fue la casa de Silva, fue la que se prolongó únicamente por algo menos de medio siglo durante el cual la heredaron dos duques, que comenzó con Fernando de Silva y Álvarez de Toledo —el hijo de la XI duquesa— y se extendió hasta 1802, año del fallecimiento sin descendencia directa de María Teresa de Silva Álvarez de Toledo, la XIII jefa del linaje y la segunda mujer que ostentó el título ducal. Fue la casa que menos duración temporal y menos titulares tuvo y continuó fuertemente vinculada a la familia originaria de los Álvarez de Toledo.
La tercera o casa de Fitz-James Stuart, es la que se ha extendido por algo más de dos centurias y que se inició con Carlos Miguel Fitz-James Stuart y Silva —un descendiente del rey Jacobo II de Inglaterra e hijo de un primo segundo de la XIII duquesa—, y que continúa hasta la actualidad habiendo ostentado seis titulares.